Cuando un sitio nos gusta mucho, ya estamos perdidos, porque somos los que tarde o temprano repetimos, y nos encanta volver a visitar destinos que nos han robado el corazón. Y Islandia nos provocó justamente eso, un enamoramiento fiel, que nos hace hablar a menudo de este país como uno de nuestros favoritos, y que 4 años después, hemos decidido visitar de nuevo.




La primera vez fue toda una aventura. Fue en octubre de 2011, y decidimos dar la vuelta al país por su carretera principal, la famosa Þjóðvegur 1. Los paisajes nevados nos acompañaban, y la naturaleza nos regaló una de las visiones más bonitas que hemos observado nunca: las auroras boreales .



La idea de visitar Islandia en una época muy diferente, era una idea que nos encantaba. Poder vivir el llamado sol de medianoche (días sin noche), celebrar la fiesta de su Día Nacional, e ir a fotografiar los populares frailecillos (puffins), eran los objetivos que nos habíamos propuesto.


Como nos pasa últimamente, la filosofía del intercambio de casas (que practicamos desde hace 2 años), nos ha ayudado a montar esta escapada. La encantadora familia islandesa de Dagmar y Gunnar nos cedía su casa en Reykjavik, y además, durante varias jornadas, circularíamos por el sur del país en furgo-caravana. ¡Los planes pintaban muy bien!
Llegamos a Islandia a una hora bien extraña. El avión aterriza en el aeropuerto de Keflavik a la 1 de la madrugada, y allí, en el midmo aeropuerto, coincidimos con Xavi y Txell, los compañeros blogueros de estemdevacances , que volverán a casa justo con el mismo avión que nos deja a nosotros, después de disfrutar de su ruta. Constatamos que este 2015 Islandia es un destino muy popular! Conocemos a mucha gente que la visitará o que la ha visitado, y con nosotros también viajan Anna y Gemma, con las que coincidiremos unos días en la capital y luego iniciarán la vuelta al país.
A la salida del aeropuerto, tomamos un bus con la empresa GrayLine que nos deja en la capital. Se detiene en las paradas más importantes de la ciudad, pero tenemos suerte, ya que el conductor se enrolla y nos deja más cerca de la casa donde nos alojamos. Estamos situados en el barrio de Bogart, lo que nos encanta. Esto nos permite conocer mucho mejor la vida real de Reykjavik, y además, nuestros anfitriones nos han dado un montón de recomendaciones excelentes de cafeterías y restaurantes que no son tan turísticas como las del centro.

Ya estamos deseando salir a pasear por todas partes, pero los sentidos nos engañan completamente. Son las 3 de la madrugada cuando nos plantamos en la casa, pero hay muchísima luz solar, y como en esta época en Islandia no anochece, parece mucho más temprano!

Tras una rápida inspección del lugar que nos acogerá los próximos días (que siempre nos produce un cierto nerviosismo y excitación), comprobamos que estaremos muy, muy bien. Vamos a dormir tardísimo y muy cansados, pero con una sonrisa en la cara …
El segundo día lo empezamos con el juramento de intenciones que nos hemos propuesto seguir: ¡nada de estresarnos! Nos levantamos sin prisas, un desayuno suave utilizando todo lo que amablemente nuestros anfitriones nos han dejado en la nevera, y ya nos dirigimos en autobús público al centro, a buscar un lugar donde comer. Hay que hacerse a la idea de los horarios nórdico-europeos y seguir sus costumbres. Y ¡ay, como comemos! Espectacularmente bien. Uno de los primeros lugares que nos han recomendado ya es todo un acierto. En un próximo post detallaremos todo este listado y el que nosotros incorporamos …




Porque la verdad es que el centro de Reykajvik puede ser recorrido en un día, pero nosotros pensamos dedicarle casi 5, a una ciudad que ya hemos visitado anteriormente. ¡Esto es tomárselo con ganas y mucha calma! Tenemos la suerte de coincidir con la Fiesta Nacional de Islandia (el 17 de junio), lo que nos ofrece un montón de actividades y poder admirar esta ciudad de una manera muy diferente. Pero qué gentío !! En este otro post podéis leer todo lo que vivimos durante esta magnífica jornada.


Además, también coincidimos con otras celebraciones que, junto al magnífico talante de los islandeses, hace que nuestra estancia sea genial. Por la verbena de San Juan ellos no celebran nada especial, pero nosotros decidimos festejarlo cenando en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el Grillmarkadurinn (The Grill Market). Buenísimo, y con el aliciente de sentarse justo delante de la cocina. Todo un espectáculo ver cómo emplatan los pedidos que van saliendo. Cenamos de coña, pero salimos con la cartera bien vacía … Los precios en Islandia no son baratos, y disfrutar de un restaurante de categoría puede suponer un gran gasto.




Otro de los actos que nos encontramos durante nuestra estancia (el 23 de junio), es la Media Maratón de Reykjavik (Midnight Sun Run), que tiene como característica principal que se define como nocturna, pero claro, con el sol de medianoche, nada de oscurecer. Y a pesar de correr a partir de las 22h, el sol acompaña a los muchísimos corredores. Son bien deportistas estos reikiavinkenses (sí, sí, se llaman así …).

Y lástima que ya tenemos reservada la campervan para iniciar ruta por el país, porque del 19 al 21 de junio comienza uno de los festivales de música más importantes del país. El Midnight Sun Music Festival. Más de 150 grupos de música electrónica, pop, alternativa, reggae … tocando en un lugar donde nunca se hace de noche. Esto debe ser brutal. Quien dice que en Reykjavik no hay vida ?? !!

Otra cosa que nos encanta de este lugar es su culto a las piscinas geotermales. Tener un país volcánico tiene estas consecuencias… Y no nos resistimos a un fantástico baño en las piscinas de Laugardalur, las más grandes de la ciudad. Además de una piscina olímpica con agua templadita, tienen otras a diferentes temperaturas, que van de los 30 a los 38 grados. Pero qué gusto, madre de Dios! Nos quedamos en el agua hasta la hora de cierre, a las 10 de la noche. Bueno, eso de noche es por decir algo, porque a esa hora, como hemos dicho antes, nada de anochecer. Y con una temperatura de 6 grados en el exterior, sólo nos atrevemos a sacar la cabecita para poder respirar … 🙂

También nos acercamos a la playa de Reikiavik. Sí, sí, incluso tienen playa (o algo similar, por supuesto). La Bahía Nauthólsvík acoge una zona utilizada por los habitantes de la ciudad para relajarse, nadar y tomar el sol en su fina arena. Pero cuando nosotros la visitamos todavía hace fresquito, siendo el mes de junio, y nos acercamos pensando que no habrá nadie. Pues error! La zona también tiene una piscina de agua termal, y nos la encontramos llena, ya que abren durante todo el año. La combinación de baños calientes, con la frialdad del mar dicen que va muy bien para el cuerpo, pero nosotros, de momento, nos limitamos a mirar. Ya nos bañaremos más adelante! 🙂


Además de la búsqueda de buenos establecimientos donde comer, también nos dedicamos a recorrer otros lugares interesantes, como su famosa y característica iglesia Hallgrímskirkja, el Ayuntamiento, ubicado en el céntrico lago Tjörnin, la escultura del barco vikingo Solfa (el Viajero Solar), el Auditorio Harpa, los depósitos de agua Perlan, reconvertidos en un mirador … No podemos quedarnos quietos.
Incluso nos acercamos a unos Outlets de ropa, que podemos encontrar en las afueras. La ropa de invierno islandesa está muy valorada, y tienen unos diseños muy chulos. Eso sí, los precios son altos, así que es mucho mejor visitar los outlets que tienen las principales marcas (Icewear, North 66º …), donde podemos encontrar alguna oferta. Y hacemos alguna compra, ya que no llevamos mucha ropa para abrigarnos, y los días aún son bastante fríos. Nos dicen que el invierno ha sido muy duro, y aún no han llegado los días de pleno verano …




Precisamente el frío es el único inconveniente que nos imposibilita uno de los planes que tenemos. Queremos visitar lugares del interior del país (algo imposible la primera vez que vinimos a causa de la nieve). Pues bien, aún encontramos un montón de carreteras cortadas por las nevadas. La excursión que queremos hacer a Landmannalaugar queda descartada. ¡Qué mala suerte! Bueno, tendremos que volver de nuevo en un futuro, jejeje!
Pero esto sólo es en el interior. El resto de la ruta que tenemos pensado hacer, hierve de actividad. Queremos recorrer el famoso Círculo Dorado, llegar hasta el bellísimo Lago Jokursarlón, y circular por el Parque Nacional Geitland. Y nada mejor que hacerlo en Campervan. Una pequeña furgoneta con un colchón dentro es perfecta para nuestros planes. Nos permite llegar a todas partes y dormir allí donde queramos. ¡¡Libertad total!!
Alquilamos el vehículo con la empresa Campervan Iceland, que nos traen directamente a la casa donde nos alojamos. Genial !! Ya estamos nerviosos esperándoles. – «Allí, allí, ya llega …» -gritamos con la mochila y las 4 cosas que nos llevamos de ruta cuando la vemos aparecer. Por suerte podemos dejar todo lo que no necesitamos en la casa, porque volveremos a pasar la última noche del viaje .Qué ganas de circular de nuevo por unos paisajes que recordamos con gran orgullo. Cuántas ganas de hacer fotos. Cuántos momentos intensos que viviremos …
Pero eso será en el próximo post, que tenemos muchas más cosas que contar!
CLICA PARA VER OTROS POSTS DE ISLANDIA EN EL BLOG