Para buscar alojamiento cuando viajamos, existen mil y una modalidades, y hoy queremos hablar de una que hemos probado, y nos convence: el intercambio de casas. Tan fácil como ponerse de acuerdo con otras personas para hacer el intercambio respectivo de los domicilios. ¡Y hablamos de conseguir alojamiento en cualquier parte del mundo!
Pero vayamos por partes, porque antes de probarlo teníamos mil preguntas. ¿Debe ser simultáneo?, ¿Qué tipo de vivienda encontraremos?, ¿Qué países lo hacen?, ¿Tiene algún coste?
Como muchas cosas en la vida, lo que puede parecer complicado, acaba siendo fácil si las personas se ponen de acuerdo. Porque al final, de lo que se trata, es que las dos partes se sientan cómodas y acepten vivir durante unos días en casa de los demás.
Para buscar y ponerse en contacto con gente que tenga la misma inquietud, lo más rápido es apuntarse en alguna de las muchas webs que hay por internet:

Nosotros optamos por la primera, que es de las más populares y trabaja en todo el mundo. De hecho, la «casa madre» se llama HomeExchange.com y en cada país tiene sus propias webs en diferentes idiomas. ¿Y hay que pagar? Pues sí, una cuota anual de 130 euros que te permite registrarte, interactuar e intercambiar casa con otros usuarios, sin límite de días ni número de alojamientos intercambiados.
Quizás puede parecer caro, pero todo depende del uso. Para un intercambio largo, o varios durante el año, puede salir muy a cuenta, ya que después no hay que pagar nada más. Nadie de los que realizan el intercambio recibe ningún tipo de compensación, es decir, una vez pagada la cuota no hay ningún otro pago.
Podemos optar por dos maneras de utilizar la web:
- Intercambiar casa con algún otro usuario de la web después de ponernos de acuerdo (ya sea durante los mismos días o de manera no simultánea).
- Intercambiar casa de manera flexible. Cada casa inscrita en la web, tiene asignado un valor virtual de puntos (llamados GuestPoints). Se consiguen puntos si dejamos libre nuestra casa y acogemos visitantes (cada día que recibimos gente se multiplica por el valor de los puntos asignados), y luego los podemos gastar en cualquier otro alojamiento inscrito en la plataforma.
¿A QUIÉN VA DIRIGIDO ESTE ESTILO DE ALOJARSE?
Pues en principio a todo el mundo. Desde personas solas, parejas o familias enteras. Sobre todo a gente a la que nos gusta integrarnos mucho más en la ciudad que visitamos, y que combinamos el salir a cenar para conocer los restaurantes de la zona, con la acción de comprar en el supermercado y poder cocinar en la casa donde nos hemos alojado. Es una buenísima opción para los que buscamos algo diferente a un hotel.
Viajar con niños es genial utilizando este sistema, ya que si la familia que nos ha intercambiado también tiene hijos, podremos encontrar y utilizar juguetes para los pequeños. Bicicletas, juegos de mesa, muñecas… Además, si coinciden las edades, no será necesario viajar con sillitas, cochecitos… quizás podremos utilizar las que nos dejen. Todo es cuestión de hablarlo previamente.
Nosotros no tenemos hijos, pero hemos pedido a amigos que nos cedan objetos para niños pequeños (tronas, cunas), que son muy útiles para las familias con hijos que vienen a nuestra casa. ¡Lo que sea para hacer más confortable la estancia de las personas que vendrán!
Eso sí, no debemos tener ningún prejuicio en dejar nuestra casa. Si somos de los que pensamos que no queremos que nadie ocupe el lugar donde vivimos, esta no sería una opción ideal… Todo se basa en la confianza en otras personas, así que debemos estar seguros que no nos importa que durante unos días (los que pactamos previamente), unos desconocidos ocuparán nuestra casa.
Y remarcamos la palabra desconocidos, porque en un principio es lo que son, pero os aseguramos que después de los contactos previos vía correo, llamadas o Skype, y una vez realizada la experiencia de vivir en casa de ellos, parecerá que los conozcamos de toda la vida…


SON 3 LOS PASOS BÁSICOS A SEGUIR UNA VEZ INSCRITOS:
- Se debe crear el perfil de piso o casa que queremos ofrecer. Debemos describir donde vivimos, y colgar varias fotos o incluso algún vídeo. Mientras más detalles demos, mejor, y cualquier información complementaria es bienvenida. También es muy importante explicar quiénes somos y hacernos un perfil. Un consejo, las fotos colgadas tienen mucha importancia ya que son las que entran por los ojos. Con esto queremos decir, que hay que intentar cuidar la imagen que ofrecemos al máximo. Fotos con poca calidad, hechas sin luz y movidas o desenfocadas, causan una pobre impresión. ¡Debemos vendernos lo mejor posible! Eso sí, sin mentir. No hay que exagerar ni vender humo. Lo más importante es la sinceridad.
- Empezar a buscar y gestionar los mensajes. Es hora de lanzar propuestas y enviar o recibir solicitudes. Si buscamos un destino, podemos enviar ofertas varias (no hay límite). Nadie está obligado a contestar, pero muchas solicitudes son rechazadas con educación. ¡Y no pasa nada! Se debe continuar buscando. A veces se inician baterías de preguntas entre «intercambiadores», pidiendo más detalles del lugar. Debemos enviar solicitudes y escuchar, hasta ponernos de acuerdo con alguien para hacer el intercambio.
- Cerrar el intercambio y hacer el viaje es la parte final del proceso. Vía mail, teléfono, Skype… podemos comunicarnos con la otra familia y resolver las dudas cerrando las fechas. La web pone a nuestra disposición una especie de documento donde se acuerda el intercambio, que firman las dos partes interesadas. Tampoco es del todo necesario, porque lo que importa es la buena voluntad de las personas. Y sólo queda el momento del viaje y disfrutar de un lugar donde dormir sin pagar nada más que la cuota en la web!

¿CÓMO FUNCIONA REALMENTE EL INTERCAMBIO, Y QUÉ ENCONTRAREMOS UNA VEZ LLEGADOS AL OTRO DOMICILIO?
- Una vez ya estamos en la casa intercambiada, debemos actuar de la manera más natural posible, como si fuera nuestra casa, pero siendo conscientes que en realidad nos alojamos en un espacio que debemos tratar lo mejor que podamos.
- No se trata de un hotel, y esto implica que debemos seguir las normas de sus propietarios y de la comunidad donde se encuentre la casa. Esto en el fondo, es una buenísima manera de integrarse aún más en la ciudad que visitamos. A veces no tendremos ningún tipo de relación con otros vecinos de la zona, pero a menudo podremos hacer amistad con ellos.
- En el domicilio que visitamos (y en el nuestro propio) se acostumbra a dejar una serie de instrucciones del funcionamiento básico de electrodomésticos y aparatos (cocina, lavadora, televisión…) y/o cosas que nos interese remarcar (por ejemplo si queremos que nos rieguen algunas plantas, o el lugar donde hemos de lanzar la basura…). A menudo también dejamos notas o post-its pegadas a los aparatos que requieren unas instrucciones concretas (parece mentira, pero ayuda muchísimo).
- Podemos hacer uso de la mayoría de cosas del piso intercambiado (al hacer el trato dejaremos claro todo lo que queremos ofrecer) y esto significa que también nos podemos ahorrar bastante dinero al poder cocinar y no necesitar gastar productos básicos (aceite, sal, azúcar, utensilios de cocina…), pero si gastamos, por ejemplo, toda una botella de aceite, lo más normal es reponerla antes de irnos. Aquí se impone el sentido común. También podemos utilizar la lavadora/secadora, lo que permite viajar con menos ropa ya que podemos lavar durante los días que ocupamos la casa.
- Cualquier duda que nos encontremos durante la ocupación de la casa se soluciona contactando con la familia del intercambio. Si no es urgente nosotros acostumbramos a enviar mails o mensajes de móvil. Si surge algún imprevisto gordo, siempre podemos llamarles para aclararlo. También se suelen dejar apuntados los teléfonos de familiares cercanos o vecinos que puedan encargarse de ayudarnos.
- Una vez es hora de abandonar la vivienda ocupada, ordenamos y hacemos limpieza del lugar. Si no nos da tiempo de lavar toallas y sábanas que hemos utilizado, las dejamos avisándolo. Con las llaves del piso haremos lo que previamente habremos pactado (cerrar la puerta y dejar las llaves en el buzón, a un vecino, etc).




DUDAS QUE SURGEN DURANTE EL INTERCAMBIO:
- ¿Debe ser simultáneo? No es necesario. Depende de cada caso. La idea inicial es ocupar una casa mientras ellos ocupan la nuestra, en el mismo momento, pero no siempre tiene que ser así. Mucha gente intercambia segundas residencias, o se instala en casa de algún pariente mientras ocupamos la suya. Al no ser simultáneo aún tenemos más margen para ponernos de acuerdo en las fechas. Nosotros hemos probado diversas maneras. Es solo cuestión de ponerse de acuerdo.
- ¿Como entregamos las llaves? De mil maneras diferentes. Se pueden dejar a un vecino o familiar para entregarlas cuando llegamos, se envían por correo, las dejan en algún lugar escondido en la entrada o en un candado con un codigo de abertura… Antes de viajar al lugar, se cierran todos los detalles y se decide la manera de entregar las llaves.
- ¿Sabremos cómo actuar en casa de otras personas? Lo normal, además de hablarlo previamente, es dejar instrucciones claras del funcionamiento de aparatos y / o funciones varias (televisores, cocina, donde dejar basuras, utilización llaves, etc). Además, es muy útil aportar mapas e información del lugar que visitamos. La recomendación de restaurantes y lugares a visitar es genial cuando llegas a una ciudad desconocida.
- ¿Qué pasa con la limpieza? Todo se basa en el civismo. Cuando nos vamos después de pasar unos días en una casa de intercambio, se deja todo como a ti te gustaría encontrarte tu casa, es decir, bien limpia. Lo normal es dejar diferentes juegos de sábanas y toallas limpias para las personas que vendrán. Al marcharnos del lugar intercambiado, lo volvemos a recoger todo y apartamos la ropa utilizada o la ponemos a lavar para que cuando vuelvan los propietarios ya la encuentren limpia.
- ¿Debemos ocultar o retirar cosas de nuestra casa? En principio no es necesario. Si no queremos exponer nuestra vida personal, podemos recoger objetos personales. Nosotros decidimos. Una de las casas que hemos intercambiado, estaba llena de fotos familiares. Eso te hace ver que estás en casa de alguien, y no notas el vacío de una habitación de hotel. Sí que es interesante vaciar algún armario o cajones para facilitar que los que vengan tengan espacio para sus cosas.
- ¿Debemos llevar artículos de primera necesidad como en un hotel? Lo más normal es que no necesitemos de nada. Normalmente se dejan sábanas y toallas limpias para nuestro uso, y lo mejor es que utilizaremos jabones para la ducha, detergentes para poner lavadoras, o productos para cocinar que ya encontraremos en la casa. Si usamos muchos productos, los podemos reponer, pero si hacemos un uso normal, no será necesario comprar nada. Ellos también harán lo mismo en nuestra casa.
- ¿Donde se encuentran la mayoría de lugares a intercambiar? Eso es lo mejor de todo. ¡En todas partes! La oferta es muy amplia. Grandes ciudades, pequeños pueblos, sitios céntricos o apartados… Lo importante es que los lugares a intercambiar se ajuste a lo que ellos y nosotros buscamos. Hoy en día, con la ayuda de internet y los mapas, es muy fácil ubicar las ofertas que recibiremos para intercambiar. Podemos saber sin ningún miedo si se trata de un alojamiento céntrico o por el contrario, en las afueras de la ciudad. También es cierto, que es mucho más fácil encontrar un alojamiento similar a las características del nuestro. Hablamos del tipo de casa o piso a intercambiar, y no tanto de la localización.
- ¿Que incluye el intercambio? Pues todo lo que nosotros queramos. Inicialmente es la vivienda, pero a veces se intercambia incluso algún tipo de vehículo para poder movernos mejor. En nuestro caso, hemos intercambiado coche dejando claro un uso cercano al lugar de residencia. Es decir, para visitar las poblaciones cercanas o llegar a las estaciones de tren o autobús. Pero no para hacer largos recorridos. Aunque claro, aquí vuelve a entrar en juego la responsabilidad y buena fe de las personas con las que realizamos el cambio.



NUESTRA EXPERIENCIA:
De momento, nuestras 21 experiencias intercambiando vivienda han sido muy positivas, y excluyendo el temor y nervios iniciales, no ha habido ningún problema. Lo más recomendable es informarse bien y estar seguros. Por lo que hemos visto, las personas que quieren optar por este servicio, están muy acostumbradas a viajar, y son de mente abierta y muy cívicas.
Hemos probado diversas maneras de realizar el intercambio. Amand y Danielle nos cedieron una agradable y gran casa en el pueblo francés de Saint-Malo; Valérie y Pascal nos recibieron en su casa, en el pueblo de Le Forest-Landerneau, en plena Bretaña, y nos trataron de lujo.
La família islandesa de Dagmar, que de forma no simultánea intercambió su casa en Reykjavík; Henrik i Elle nos dejaron por unos días su apartamento en Copenhage; Amanda y Jan nos cedieron su casa de veraneo en el precioso pueblecito sueco de Fiskebäckskil; Marianne y Emil su casa en Lanzarote, para disfrutar de las fabulosas playas de la isla. Katie, Romain y sus hijos nos intercambiaron su casa en el pequeñito pueblo francés de Copponex, en la zona de los Alpes. También hemos disfrutado de todo un mes en la ciudad canadiense de Vancouver, gracias al cambio simultáneo de casa con Robert y Janet.
La familia islandesa de Dagmar, ocupó nuestra casa unos días, y nosotros la suya en Reykjavik. Henrik y Elle nos cedieron su apartamento de Copenhague; Amanda y Jan intercambiaron su casita de veraneo en el pueblecito sueco de Fiskebäckskil; Marianne y Emil, cediéndonos unos días su casa en Lanzarote, para disfrutar de las fabulosas playas de esta isla. Katie, Romain y sus hijos intercambiaron con nosotros su casa en el pequeño pueblo francés de Copponex, en los Alpes.
El intercambio más largo que hemos podido realizar ha sido todo un mes en la ciudad canadiense de Vancouver, gracias al cambio simultáneo de casa con Robert y Janet. Qué gran experiencia! Kirta, Ville y sus dos hijos, también han intercambiado su casa en Helsinki (Finlandia), y Alain y Sylvie su piso en Nogent-sur-Marne, cerca de París, donde hemos pasado una navidad.
La ciudad canadiense de Montreal también ha sido uno de nuestros lugares intercambiados. Estelle, Simon y la pequeña Zoé se alojaron en nuestro piso mientras nosotros lo hacíamos en suyo. La joven pareja Egil y Patcharaphorn intercambió su piso en Estocolmo. Y todo fue genial !!!
Ah! Como curiosidad, es bastante normal llevar (o dejar para el recibimiento) algún detalle o obsequio en las casas donde realizaremos el intercambio. Nosotros acostumbramos a dejar algún producto de la tierra, como aceite, vino… Nada de valor, pero una muestra de agradecimiento.
No explicaríamos esta experiencia si no tuviéramos la clara idea de seguir probándola, ya que además del ahorro económico, hemos podido conocer gente interesantísima y hacer lo que más nos gusta en la vida: viajar!




Nota: Este post lo explicamos desde nuestra propia experiencia, y de hecho, el objetivo de este post no es otro que resaltar la manera de viajar tan interesante que hemos descubierto. Este post está abierto a futuras actualizaciones donde (esperamos) explicar más intercambios.
Si os decidís por lanzaros a la aventura de viajar de esta forma tan divertida y enriquecedora, os podéis dar de alta en la web www.HomeExchange.com/es a través de nuestro enlace (os regalaran algunos puntos como agradecimiento):
https://www.homeexchange.com/es/?sponsorkey=351-753940-120ffdb0
Podeis encontrar más información en los artículos del diario El País o La Vanguardia
Afortunadamente el movimiento de consumo colaborativo e intercambio de casas cada vez gana más adeptos en Europa.
El movimiento del consumo colaborativo toma cada vez más fuerza, sobre todo en el área del turismo (crowdfunding, transporte, viajes, intercambio de viviendas)
Animense!
Exacto Alberto.
Cada vez se crean más modalidades de consumo colaborativo. Y además de podernos ahorrar una buena parte del presupuesto de un viaje, ganamos una buena experiencia.
Invitamos a todo el mundo a conocer ésta y otras modalidades.
Gracias por pasarte por el blog y por tu opinión.
Un saludo.