Viajar es obtener sensaciones, experiencias, alegrías … pero para nosotros, ¡también imágenes! Nos encanta maravillarnos ante un lugar que habíamos imaginado previamente o, simplemente habíamos visto en alguna publicación. Y cuando estamos de viaje dedicamos largos momentos a admirar el entorno que nos rodea y retener, con el máximo detalle, esa imagen que nos ofrece el lugar que pisamos.
Es verdad que muchos destinos son lugares muy turísticos, pero no nos importa sumarnos a toda la gente que los quiere ver y fotografiar. Porque lo reconocemos, somos de los que sacamos la cámara, como miles y miles de turistas, y queremos tener un recuerdo de lo que estamos viendo. Y es que hemos planificado muchos viajes y escapadas pensando en estar delante, de manera real, de alguno de los momumentos, edificios, paisajes o entornos que hemos mitificado alguna vez. Y lo mejor de todo esto, es que no tiene final. Sabemos que nunca acabaremos la lista, porque los destinos son infinitos.








Este post lo dedicamos simplemente a aquellos lugares que tanto habíamos mitificado, y que finalmente hemos podido hacer realidad. Hemos viajado a lugares con la firme idea de ver una imagen concreta, y esto forma parte de nuestra manera de viajar. A menudo lo hemos conseguido, pero no siempre. ¡Y no pasa nada!, Lo más importante es disfrutar de lo que nos encontramos, sin obsesiones. Dos claros ejemplos. Hemos viajado a países como Islandia para poder ver auroras boreales, y podemos decir que es una de las experiencias más bonitas que han visto nuestros ojos. Pero también hemos visitado Chile para ver las increíbles montañas de Torres del Paine, y la meteorogia en forma de niebla, nos ha impedido ver sus cimas.






El skyline de Nueva York, el glaciar Perito Moreno de Argentina, el Big Ben de Londres, la Opera House de Sydney, las Cataratas de Iguazú en Brasil, la Torre Eiffel en París o la de Pisa … Son muchos los lugares fotografiados por nosotros y millones de veces por millones de turistas. Y entonces, ¿qué lo hace diferente? Pues que forman parte de «nuestra» experiencia. Por mucho que te hayan hablado de un lugar, nada se puede comparar a estar ante él de verdad, encuadrar con la cámara y «robar» ese instante, que quedará en nuestro disco duro, pero sobre todo en nuestro cerebro.







Y como hemos dicho antes, esto nos hace estar siempre planificando futuras escapadas viajeras. Tenemos tantas cosas que ver … El Mont Saint-Michel en Normandía, el Machu Picchu en Perú, el Ngorongoro en Tanzania, los Templos Angkor en Camboya, las Pirámides de Egipto, la isla de Pascua en Chile, el Taj Mahal en la India … Lo dicho, la lista es interminable. Y tú, ¿qué deseas ver?