La Torre Eiffel , el monumento de pago más visitado del mundo, está de aniversario. Esta semana ha cumplido 125 años, y no hemos encontrado mejor manera de rendirle homenaje, que visitar París para celebrar también el de Cristina . La coincidencia era demasiado grande para no aprovecharla, y hasta la capital francesa nos hemos desplazado, para visitar de nuevo un lugar que siempre hemos encontrado especial .
El 31 de marzo de 1889 se inauguraba oficialmente esta imponente construcción metálica, levantada con motivo de la Exposición Universal y que conmemoraba el primer centenario de la Revolución Francesa. Aquí van unas cuantas cifras que hacen de la Torre un lugar mítico :
- Su construcción duró 2 años, 2 meses y 5 días.
- A los 20 años de su levantamiento, debía ser desmontada, pero se salvó gracias a utilizarse como antena de telecomunicaciones .
- Actualmente la visitan casi 7 millones de personas al año, de los cuales el 75 % son extranjeros.
- La torre tiene una altura de 324 metros (incluidas las antenas ).
- Está construida con 18.000 piezas metálicas, unidas por 2’5 millones de remaches.
- Se calcula que el peso total de la Torre es de 10.000 toneladas.
- Dispone de 3 plantas, la primera a 57 metros, la segunda a 115 metros, y la tercera a 276 metros de altura.
- Para llegar arriba, si lo pudiésemos hacer a pie, habría que subir 1.665 escalones.
- Necesita pintarse cada 7 años, y se protege del deterioro con una capa de 60 toneladas de pintura .
- Sus ascensores recorren 103.000 km al año.

La mayoría de visitantes optan por subir en alguno de sus 3 ascensores (pilares Norte, Este y Oeste), que lo hacen hasta las plantas primera y segunda . Pero existe la posibilidad de usar las escaleras, apta sólo para los más valientes (o más bien por los que están en buena forma) que se atreven con los 704 escalones. A partir del segundo piso, tenemos que subir a otro ascensor que ofrece una fantástica visión de la estructura del monumento, hasta llegar a su cima.


Está claro que el motivo principal de subir la Torre, son las impresionantes vistas que ofrece, pero también encontraremos otros alicientes. Tienda de souvenir, sala de audiovisuales y un par de restaurantes se encargan de ofrecer otras sensaciones. El 58 Tour Eiffel es el restaurante situado en la primera planta, y el Jules Verne, que ofrece platos de la moderna cocina francesa, se encuentra en la segunda. Atención a los precios (sobre todo del Jules Verne) que pican! Y si queremos algo de glamour, siempre podremos tomar una copa de champagne en la pequeña barra situada en la cima.
Sea la época que sea, es imposible no encontrarse un montón de gente haciendo cola para comprar las entradas a la Torre ( 15 euros ), pero si somos lo suficientemente previsores podemos hacerlo por internet. Al atardecer la multitud suele ser muchísima, ya que todo el mundo quiere ver desde las alturas, como el sol se esconde sobre el cielo de París.




Pero lo que realmente impresiona es ver cómo esta enorme estructura metálica se integra con la ciudad. Una de las cosas que más nos gusta a nosotros, es descubrir los muchísimos rincones desde donde se puede ver la Torre. Las posibilidades son infinitas, y todas muestran una vista diferente. Si sumamos las diferentes horas del día para hacerlo, aún obtendremos más variantes de una misma visión.
Seguramente el momento más mágico es por la noche, ya que la iluminación es un factor muy importante de la Torre Eiffel. 336 proyectores de lámparas de sodio dan a la Torre su característico color naranja cuando llega la noche. Además, desde el año 2000, se añadieron dos componentes que han contribuido a aumentar su leyenda. Un complejo faro crea un doble haz de luz en la punta que va rotando y ofrece un alcance de muchos kilómetros. Además, cada hora en punto (desde que se enciende la iluminación principal) comienza un espectáculo de flashes de luz, creados por 20.000 bombillas (5.000 por cada lado). 5 minutos de pura magia!


Y volvemos al tema de la celebración, que 125 años no se cumplen cada día! El patronato de la Torre ha decidido no hacer una celebración especial, ya que actualmente el monumento se encuentra en reformas. Se está remodelando y construyendo un impresionante nuevo mirador en el primer piso, que según las maquetas que vimos, será brutal. Pero para celebrar también el cumpleaños de Cristina, quisimos inmortalizar el momento con un pequeño pastel de cumpleaños, y juntar en una misma foto a las dos homenajeadas. Felicidades a las dos!!!

Y por cierto, gran sorpresa al descubrir que esta foto de Cristina celebrando su aniversario bajo la Torre, y otra realizada con móvil y colgada en nuestro Instagram, han sido publicadas en un monográfico que el Periodico de Cataluña dedicó a la Torre Eiffel. Genial!!!!
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