DÍAS 15-16-17 DE RUTA
Nuestra ruta por Corea del Sur no para de ofrecernos buenas sensaciones, y estamos deseando conocer más lugares del país. Tras visitar Seúl , decidimos alquilar un coche y ver parte del país.
Continuamos recorrido (ver post anterior) hasta llegar a la ciudad de Busan, que ofrece muchas cosas que ver, y aunque teníamos pensado quedarnos un par de días, decidimos añadir un tercero. Viajando en temporada baja (noviembre) es fácil añadir días a los lugares donde dormimos, ya que normalmente no ponen ningún problema al no encontrarnos con muchos turistas.



Busan es la segunda urbe del país, con más de 3 millones y medio de habitantes. Se parece bastante a Seúl (salvando las diferencias), con mucha vida, movimiento, calles llenas de neones, luces, restaurantes, tiendas…
Suerte que hemos elegido un hotel (YTT) con parking para nuestro coche de alquiler. Aquí parece difícil encontrar lugar en la calle, y además corremos el riesgo de no entender ciertas indicaciones. Sólo faltaría que nos multasen, o aún peor, se lo lleve la grúa.
De hecho, circulando por la ciudad, a menudo nos cuesta saber dónde aparcar. Y hemos probado un sistema muy curioso, el del vigilante de aparcamiento. De pronto, según qué zona, cuando encuentras un espacio, te aparece en señor en bicicleta, sin ningún tipo de uniforme ni distintivo, que te apunta en un papelito la hora de llegada y te cobra según el tiempo estacionado. Suerte que éste sistema nos lo explicó una amable familia, porque si no, hubiéramos pensado que el señor en cuestión nos estaba intentando timar…



Paseamos por Kwangbok-Dong, llamada la fashion street. Un montón de tiendas se encuentran en esta avenida, donde ya empiezan a montar las luces de navidad. Para variar, también hay un centro comercial Lotte. Esta empresa es propietaria de un montón de actividades en Corea, y ves su nombre por todas partes. Es todo un imperio!

El contraste con la zona fashion es Gukje, llena de callejuelas con pequeñas tiendas de todo tipo (ropa, calzado, iluminación… y claro, comida). De hecho, es muy popular el Bupyung-dong Kkangtong Market, donde cada día, a partir de las 19:30, y hasta la medianoche, desfilan y se instalan un montón de carritos que ofrecen diferentes tipos de gastronomía.




Otro mercado que visitamos (Dios mío, cuántos hay y como nos gustan!) es Jagalchi Market, el mercado del pescado. El edificio es bastante nuevo y muy bonito arquitectónicamente, lleno de peceras donde comprar marisco y pescado de todo tipo.
Nos encanta ver la actividad que se produce entre vendedores y compradores. Nos ofrecen sus productos, ya que es posible comprar pescado fresco y llevarlo a los restaurantes de la segunda planta, donde te lo cocinan a tu gusto. También ofrecen platos y menús de todo tipo. El enorme edifico alberga también oficinas, un enorme buffet, un salón donde celebrar bodas y hasta un GuestHouse. Ah! Y se puede subir a su terraza para disfrutar de unas buenas vistas del puerto.

Pero lo mejor (para nosotros) está en el exterior. Las calles de alrededor también acogen un montón de vendedores, que en puestos muy precarios, ofrecen un montón de pescado y productos de mar bien extraños. Cuanto movimiento !!




Buscamos algo más de tranquilidad en una de sus playas más bonitas y populares, Gwangalli. Decimos tranquila porque ahora en noviembre hace fresquito, pero en verano está repleta de gente.
Ante la playa observamos el Diamond Bridge, uno de los puentes más largos de Corea, que iluminan por la noche y le da a la playa una bella imagen. Además la zona está llena de cafeterías y restaurantes, y nos sirve para hacer una pausa en nuestros largos paseos por la ciudad.



Esta ciudad acoge edificios muy bonitos, como el Busan Cinema Center, y nos sorprende saber que el Centro Comercial más grande del mundo está aquí. Se trata del Shinsegae Centum City, y claro, entramos a dar una vuelta. Uf! Es todo un laberinto, ya que el conjunto lo forman 3 enormes edificios donde podemos encontrar de todo. A los coreanos les gusta muchísimo el consumismo e ir de tiendas.
Tanto caminar nos está pasando factura. Estamos cansadísimos, y buscamos remediar esto relajándonos en SpaLand, unos enormes baños termales y saunas. Perfecto, nos cargan las pilas!




Y suerte de esta sesión de relax, porque los siguientes días continuamos caminando un montón. Por ejemplo paseando por el famoso y colorista barrio de Gamcheon, un laberinto de callejuelas sobre una colina. O por Haedong Yonggungsa Temple, un recinto budista situado junto al mar.





Venga! Toca abandonar la ciudad y continuar ruta hacia el sur del país. Que aún queda mucho por ver…