Lanzar una moneda en la Fontana de Trevi es, según marca la tradición, sinónimo de volver a Roma en un futuro; y estamos encantados de que se haya cumplido, porque eso es lo que hemos hecho: volver a visitar la capital italiana.
La primera escapada europea del año seguía un guión clásico de nuestros viajes: billetes muuuuy baratos, ir fuera de temporada (enero 2015) y la combinación de un buen lugar donde dormir con la búsqueda de la auténtica gastronomía romana. Volamos con Ryanair hasta el aeropuerto de Fiumicino, y a pesar de la fama de esta compañía, debemos decir que nosotros nunca hemos tenido ningún problema. Eso sí, seguimos a «rajatabla» sus consignas: checking hecho, boarding pass impreso, y poquísimo equipaje. Una simple maleta pequeña para nosotros dos, y como equipamiento fotográfico nos disponemos a probar una nueva cámara compacta (Sony RX1000 III). ¡Nada más! Nos sentimos desnudos sin nuestra réflex, pero nos apetece mucho pasear con una simple y pequeña cámara en el bolsillo recorriendo los callejones de Roma. Es curioso, pero suponemos que ir sin mochila y la semejanza con los italianos, nos ha hecho pasar más desapercibidos que nunca como turistas.¡¡¡Genial !!!







Pero vamos con las impresiones de la escapada, que es lo que realmente importa. No sabemos si es la edad, la experiencia, o que cuando vuelves a un lugar no tienes la necesidad de ver todo de nuevo, pero realmente hemos caminado por las calles de Roma con una agradable sensación de relax y desconexión. Sin prisas, y mirando las cosas de un modo diferente. También hemos agradecido no encontrarnos con multitud de turistas en todas partes. De hecho, incluso íbamos con las entradas reservadas por el Museo Vaticano (que tienen un suplemento de 4 euros si se compran online) y descubrimos que no era necesario. ¡Ninguna cola, qué placer!
Nos instalamos bien céntricos, en el hotel DownTown (lo recomendamos), en plena Vía Frattina, una fantástica calle peatonal a 3 minutos de la Piazza Spagna y sus populares escalinatas. Esto nos permite llegar casi a todas partes caminando, excepto cuando estamos cansados y cogemos el metro (sólo existen 2 líneas). El bus es también una buena opción, pero esta vez no lo necesitamos. Es ideal comprar tickets para el transporte urbano, que sirven tanto para bus como metro.


Un día entero lo destinamos a la Città del Vaticano, el micro-estado europeo que tiene la etiqueta de país más pequeño del mundo. Paseamos por la Plaza de San Pedro (ver post), visitamos la Basílica y recorremos los enormes Museos Vaticanos. Dudamos hasta el último momento de hacerlo, ya que a pesar de hacer 10 años de la anterior visita, pensábamos destinar las horas a otros aspectos de Roma, pero necesitábamos admirar de nuevo una de las joyas de este enorme recinto : la imponente Capilla Sixtina. Cuando un sitio nos marca, ¡nos encanta volver a visitar tarde o temprano!
Y además, esta vez encontramos poquísima gente, lo que nos permite admirar con más comodidad los impresionantes frescos de Michelangelo. Eso sí, vemos que todo sigue igual con la política de no dejar fotografiar la Capilla. ¡Pero que pesados que son con estas normas! Pues para nosotros esto supone todo un reto, e iniciamos la denominada Operación «Captura Sixtina». No queremos irnos de allí sin conseguir una imagen. Encargados de seguridad por la izquierda, por la derecha … disimulamos, y clic! Ya la tenemos!


El interior de la Basílica de San Pedro y subir a su Cúpula es realmente espectacular. Apuramos al último momento (casi están a punto de cerrar la visita a los tejados de la Basílica) para tener unas inmejorables vistas de Roma con la puesta de sol. Esta es otra de las ventajas de visitar la ciudad en esta época. El anochecer llega antes, pero te permite disfrutar de una fantástica luz en ambientes únicos.
Pero ¡ay!, tanta foto con una cámara que aún no dominamos, nos pasa factura, y nos quedamos sin batería. ¡No es posible! No podemos irnos sin inmortalizar este sitio. Así que en un intento de italiano, nos dirigimos al personal que vela por la seguridad, y les explicamos el problema. – «No pasa nada! Conecte la cámara unos minutos para poder hacer alguna foto. «– Nos dicen. ¡¡Que amables !! Y ya estamos conectándonos en medio de la Basílica de San Pedro, con turistas a nuestro alrededor, y bajo el techo de la iglesia cristiana más grande del mundo.




También redescubrimos el Colosseo, y buena parte del Foro Romano, lleno de monumentos y ruinas antiguas. Paseamos por la alargada Piazza Navona, con su popular Fuente de los Cuatro Ríos y admiramos el grandioso «Il Vittoriano», hecho con mármol blanco, o el impresionante Castel Sant’Angelo. Uno de nuestros lugares favoritos es El Pantheon, construido por el emperador Adriano. No pretendemos explicar con mucho detalle todos estos monumentos, porque estamos preparando un próximo post sobre los ítems turísticos de Roma.




Pero donde realmente nos disfrutamos como niños, es «callejeando» por la ciudad. Respirando historia, y caminando por desniveladas calles de adoquines, pasando bajo balcones con ropa tendida. Y si nos perdemos por ellos, buscando algún restaurante o lugar donde comer bien, esto ya es el «summum». La gastronomía romana es espectacular, y nosotros, que la consideramos una parte fundamental del viaje, es sinónimo de disfrutar de la comida.
Intentamos tocar todas las vertientes gastronómicas posibles en los pocos días que visitamos la ciudad. Desde los populares y económicos pizza al taglio (cortes de pizza), pasando por auténticos restaurantes donde sirven la mejor pasta, o modernos donde ofrecen cocina más creativa . De eso también hablaremos más exhaustivamente en otro artículo. Ah! Y no podemos olvidar los mercados, como el popular Mercado Campo de ‘Fiori. ¡Cuánta vida!



Ya sea el Barrio histórico, el Tridente, Esquilino, el barrio judío llamado Ghetto o el popular Trastevere, todos coinciden en ofrecer un montón de sensaciones por el viajero. Y volveremos a Roma? Nos dirigimos a la Fontana de Trevi (ver post), para tlanzar de nuevo la moneda, pero nos la encontramos vacía, en obras y una profunda reconstrucción. ¿Y ahora qué? Pues quizás no seguiremos de nuevo la famosa tradición, pero estaremos atentos a las ofertas de las compañías aéreas. ¿Quiere decir que no son ellas los oráculos del siglo XXI que determinan nuestros viajes?

MÁS INFORMACIÓN:
- Información desplazamiento aeropuerto Fiumicino – Centro Roma
- Web oficial Información turística de Roma
- Billetes Museo Vaticano : 16€
- Web venta billetes Museo Vaticano online (suplemento 4€)
- Información tarjeta Roma Pass
- Billetes transporte público. Precio 1’50 € (permite un único transporte en metro y varios en bus los 100 primeros minutos desde la validación)
- Billetes Colosseo + Palatino + Foro romano: 12€
- Web venta billetes Colosseo online (suplemento 2€)
- Web obras restauración Fontana di Trevi