Hay lugares donde sientes la energía de la tierra, donde sabes que el planeta tiene más sorpresas de las que nuestros ojos verán nunca, y te sientes pequeño, minúsculo, ante el poder de la naturaleza.
En Uyuni, es como nos sentimos. El mayor desierto de sal del planeta es uno de los imprescindibles de América del Sur, y su visita no deja indiferente a nadie. Y en este post, intentaremos explicar las sensaciones que nos produjo visitarlo.




La sensación de caminar en medio de la nada es increíble. Con una superficie de más de 10.000 kilómetros cuadrados, los perfectos hexágonos de sal que, como si fueran un gran mosaico, tapizan el suelo del desierto, crean un visión interminable.
Si nuestro guía desapareciera, seríamos incapaces de encontrar el camino de regreso… Esto es inmenso !!!




Hace miles de años aquí había un gran lago, y la evaporación del agua ha dejado paso a una enorme capa de sal (entre 2 y 10 metros de espesor) llena de minerales como sodio, magnesio… pero destaca uno muy especial, el litio.
Llamado el material del futuro, se utiliza para la fabricación de las baterías de los principales dispositivos tecnológicos, y su valor es incalculable. Y aquí se acumula la mitad de toda la reseva mundial !!!




Esta región semidesértica acoge parajes espectaculares, que parecen extraídos de otro planeta. Además del color blanco predominante en la extensa capa de sal, también encontramos extrañas formaciones rocosas, pozos volcánicos, géiseres… Si pudiéramos ir atrás en el tiempo hasta la creación de la Tierra, seguramente se parecería mucho a lo que Uyuni es hoy día.
Situado en el Departamento de Potosí, al suroeste de Bolivia, y a 3.675 metros de altitud, hace que no sea fácil su visita por nuestra cuenta. Casi todo el mundo llega aquí con algún tour contratado, normalmente de entre 1 a 4 días. Para acceder es imprescindible un coche 4 × 4, y un guía experimentado que conozca los caminos. Porque si aquí algo es fácil, es perderse. Todo es tan grande, tan similar, que sin la experiencia de haberlo pisado miles de veces, no sabríamos salir.
En el próximo artículo viajero, explicaremos con detalle todo lo necesario sobre cómo viajar a Uyuni contratando un tour y lo que estos ofrecen.



Y es que este lugar ofrece muchísimas posibilidades a los amantes de la naturaleza. Además del gran salar, encontramos varios puntos que deben ser visitados por su belleza:
Las islas de Incahuasi y del Pescado; los pueblos de Uyuni, Colchani o San Cristobal; el Cementerio de trenes; la Reserva Nacional Eduardo Avaroa, que acoge las famosas Laguna Colorada y Laguna Verde; el desierto Salvador Dalí, llamado así por las surrealistas formas que encontramos en sus dunas; las Termas de Polcas, que permiten un baño relajante; los Geisers Sol de la Mañana; el mirador del Volcán Ollagüe…





El desierto nos parece mágico, bellísimo, y nuestro guía, Valerio, nos comenta que aún puede ser mucho más espectacular. Si llueve (lo que no ocurre a menudo), el agua crea un efecto espejo impresionante. Pues no se hable más, pondremos Uyuni en nuestra larga lista de sitios donde queremos volver de visita tarde o temprano.
Uyuni Bolivia Travel Experience from BonaVida on Vimeo.
Y es que el salar es de esos lugares que te hacen sentir insignificante, poquita cosa, ante la magnitud de la naturaleza, de lo que nuestro mundo ofrece…