La ciudad de las ciudades, la capital del mundo, la ciudad que nunca duerme… Son tantas las maneras de definir New York como opiniones variadas si la visitamos. Esta gran urbe, nos tiene el corazón robado y ya sea como viaje concreto, o si paramos unos días durante alguna escala a cualquier otro lugar, no podemos resistirnos a recorrer sus calles y avenidas.
Y eso es precisamente lo que hacemos durante una de nuestras aventuras viajeras. Después de visitar durante 5 semanas Canadá, nos reservamos unos cuantos dias para volver a pisar Nueva York de vuelta a casa. Y lo hacemos con una consigna clara: intentar tomárnoslo con calma, sin prisas. Je, je… Calma en Nueva York??? Todavía nos estamos riendo de esa promesa rota…
Y es que fue imposible cumplirla. Físicamente estábamos destrozados, después de caminar y caminar por las Montañas Rocosas de Canadá, nuestros pies no daban para mucho. Incluso pensamos en subir a un bus turístico y que nos llevase por las avenidas y lugares más importantes, ¡pero nada de nada! Caminar y pasear sin descanso, sacando fuerzas de no sabemos dónde. O quizás sí, seguramente de nuestras ganas de descubrir nuevos rincones, y que a cada paso que dábamos, encontrábamos algo interesante que nos hacía continuar.
Nuestras visitas anteriores nos ayudan a ubicarnos mucho más rápido. Además de pisar los barrios más populares, nuestro objetivo es visitar lugares desconocidos aún para nosotros como el High Line, un parque urbano elevado construido sobre una antigua vía de ferrocarril, o adentrarnos más por las calles de Hells Kitchen, ver cómo van las obras de la zona Cero, o descansar en el fantástico Central Park. Siempre que hemos visitado esta ciudad habíamos alquilado un apartamento, pero esta vez elegimos el Hotel POD 39 (ver nuestra opinión en Tripadvisor).
Ah! Y comer. Como no podía ser de otra manera en esta ciudad tan cosmopolita, probamos la cocina de restaurantes tailandeses, chinos, franceses… Nos encontramos calor y buen tiempo, y eso se nota en la ciudad y sobre todo en sus parques. Las zonas ajardinadas y las fuentes públicas están llenas de gente, disfrutando como nunca. Madison Square, Washington Park, pero sobre todo uno de nuestros lugares preferidos, Bryant Park, están llenos de gente tumbada en el césped tomando el sol, o por la noche, descansando bajo la luna.
El contraste, después de venir de la naturaleza aún es más brutal. Coches, personas, edificios altos, movimiento a cualquier hora del día… Uf! Puede ser estresante si no bajamos el ritmo. Y eso hacemos mientras nos sentamos en cafeterías y nos dedicamos a ver como la vida pasa ante nuestros ojos . ¡Como nos gusta esta ciudad!
Sal y Descubre 