Ubicado en el barrio del Born, en Barcelona, en un callejón estrecho y, como todo el barrio, lleno de encanto, encontramos el restaurante Montiel. Íbamos con ganas de probar uno de los 2 menús que ofrecen: el Gastronómico y el Degustación, con la posibilidad de sumar un maridaje de vinos.
Nada más llegar, escuchamos a todos los camareros hablando en inglés a los clientes sentados en las mesas y nos damos cuenta de que somos los únicos autóctonos del local! Primera muestra de lo conocido que debe ser el establecimiento, sobretodo para los turista. Incluso, nuestro camarero se sorprende y nos dice: «Qué gusto hablar catalán de vez en cuando!».
Aparte de esta anécdota, rápidamente nos remiramos los dos menús de la carta, eligiendo finalmente el Gastronómico y la verdad es que no nos decepcionó en absoluto. El precio de este menú es de 65 euros por persona (abril 2013) y 50 euros si elegimos el menú Degustación. Si hacemos la opción del maridaje de vinos, debemos sumar 25 euros más. El menú consiste en unos aperitivos, cuatro entrantes, dos segundos y tres postres. Los platos no son muy grandes, pero después de sumar todo lo que nos comimos, salimos con las barrigas llenas.
Los aperitivos eran bastante sencillos, para lo que es el menú en general. Unas aceitunas, unas chips de boniato, una mini-lata de navajas en escabeche y unas magdalenas de pizza (que por cierto, fueron lo más flojo. Eran duras y no tenían gusto a nada). Pero después llegó la ostra, un complemento de estos primeros aperitivos, y la verdad es que era espectacular.


Los entrantes fueron mucho mejores: una ensalada de cigalas, sencillita pero buena (aunque debería decir «de cigala»-sólo era una-), un tartar de atún muy bien hecho, un foie gras elaborado por ellos mismos que nos dejó sin palabras, y un ravioli de pato con peras que fue el colofón! La cena comenzaba a tomar forma …




Y de segundo, un pescado de playa, que esta vez era una lubina con guisantes, que estaba muy bien cocinado. Y para acabar con los platos principales, un lechón de Segovia. Fue como unos fuegos artificiales! Espectacularmente bien cocinado, tierno por dentro, tostado por fuera, con un sabor realmente bien logrado.


A continuación nos sirvieron una porción de Queso de Sort (pueblo del Pirineo) con trufa, muy bien equilibrado y con un toque diferente. De postre, una mousse de fresa con gelatina de Caipirinha (la mousse estaba bien hecha, pero la combinación con la gelatina no tenía mucho sentido) Rematamos la jornada con un coulant de chocolate negro, con chocolate blanco por dentro. Muy bueno, pero no nos lo pudimos ni acabar ¡Ya no entraba nada más!



Resumiendo, una buena combinación de platos para disfrutar de un menú gastronómico con algunos altibajos. Seguramente los aperitivos son lo más flojito, los entrantes remontan y dejan más de una satisfacción, los segundos nos parecieron increíbles, y los postres quizás volvieron a bajar un poco el listón. Aunque como siempre decimos, es cuestión de gustos …
El grupo Montiel, además de este restaurante en Barcelona, tiene un restaurante japonés llamado Mifune Neko (sólo platos para llevar) en Granollers, y un servicio integral de cátering.
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