No sólo el centro histórico de Brujas merece ser visitado. Sin utilizar ningún tipo de transporte, es posible dar agradables paseos por la ciudad, descubriendo un montón de preciosos rincones. Y si lo hacemos a primera, o última hora del día, seguro que no nos encontraremos a casi nadie. La tranquilidad que se respira es enorme!
Tras descubrir el encantador centro de la ciudad, el segundo día estábamos dispuestos a ver más cosas. Y aunque llevábamos algunas indicaciones y datos, como siempre, nos acabamos perdiendo por barrios y calles, sin ningún otro fin que caminar y caminar. Gastar las suficientes energías como para tener que recuperarlas en forma de comer, merendar, picar y beber. Qué plan, ¿verdad?
Aunque guardamos poca información de las calles y plazas por donde pasamos, dos son los recorridos que queremos explicar con más detalle. El primero es saliendo desde la estación de trenes, donde llegamos desde Bruselas. A pesar de estar un poco alejada del centro, si no tenemos prisa y el día nos acompaña, podemos hacerlo con un agradable paseo de unos 20 minutos (40 si, como nosotros, os entreteneis haciendo fotos). Sólo cruzar la Buiten Begijnenvest (carretera de circunvalación de Brujas) caminamos por la larga calle Oostmeers, una agradable calle de adoquines. Si queremos, a mano derecha, también encontramos Begijnenvest, un bonito parque donde podemos seguir el curso del canal de agua. Pero si no abandonamos la primera opción, hay que dejarse guiar para la visión de la torre de la iglesia Sint-Salvatorskathedraal. Allí nos encontraremos con Zuidzandstraat, una de las calles más céntricas, que más adelante se transforma en Steenstrat, la arteria comercial de Brujas. Si queremos más tranquilidad, siempre podemos movernos por las calles paralelas, como por ejemplo Dijver.
La segunda ruta, sale del centro de la ciudad, y dirigiéndonos hacia el norte, nos hace pasar por el canal Sint-Annarei, la iglesia Santa Ana hasta llegar a Kruisvest. Aquí encontramos, bordeando un amplio canal, una gran zona verde, donde podemos ver 4 grandes molinos. En el siglo XIII, eran muy populares, y toda esta zona estaba llena. Hoy, la ciudad ha recuperado unos pocos para mostrarlos con orgullo. El parque es una agradable zona donde pasear sin prisas.
Y no queremos cerrar este post sin recomendar un restaurante, donde probamos uno de los platos más turísticos de Bélgica: los «Mossel Natuur permite frietjes» (mejillones con patatas). En el Cafe Dell’Arte, situado en Vlamingstraat 28 encontramos buen ambiente, magnífica comida y un precio ajustado.
Sal y Descubre 