Hoy es el segundo día que visitamos un glaciar, y nuevamente volvemos a disfrutar al ver tan de cerca una masa enorme de hielo. Tras dejar el camping Renfro’s Lakeside Retreat (como les gusta los nombres largos a estos yanquis), ponemos en marcha la caravana hacia la ciudad de Seward (una de las más importantes de la Península de Kenai). Antes, nos desviamos de la Highway 9 (milla 3,7) en dirección glaciar Exit, situada en Kenai Fjords National Park.
Una pequeña carretera de poco más de 8 millas conduce hacia una zona de aparcamiento desde donde salen diferentes trekkings por acercarte al hielo.

La lluvia nos vuelve a acompañar, y de camino por la carretera, nos encontramos a un excursionista que hacía la ruta a pie hacia el glaciar. Nos mira con cara de pena y levanta el dedo haciendo autostop. Que no se asusten nuestras madres (no nos permiten recoger autostopistas ni abrir la puerta de casa a desconocidos…), pero paramos a recogerlo. El pobre está empapado y lleva una mochila enorme. Pero como quiere hacer los más de 12 kilómetros caminando??? Dan, así se llama el chico, es de Boston y está haciendo una ruta por Alaska solo. Compartimos caravana hasta llegar al aparcamiento.

Él nos dice que quiere hacer el trekking más largo, el Harding Ice Field Trail, pero nosotros nos conformamos con una caminata más corta. Queremos llegar hasta el punto llamado The Edge of the Glacier («El límite del Glaciar»). Es un recorrido muy bonito, con una ligera pendiente que nos conduce hasta encontrarte bien cerca del enorme trozo de hielo. Uf! Impresiona. Vemos unos carteles que marcan hasta dónde llegaba el glaciar en diferentes años, y te das cuenta rápidamente del retroceso que sufre el hielo. Nos estamos cargando el planeta!!! (esto también nos lo dicen nuestras madres…).


Hoy, hasta os dejamos un video de nuestra pequeña ruta:

La lluvia no ayuda mucho a hacer el recorrido, pero no nos importa! Nos pasamos un buen rato delante de la enorme masa de hielo, que tiene esos colores azulados tan característicos. Cuando volvemos a la caravana ya han pasado más de 2 horas y media. Allí nos espera Dan. Dice que no se ha atrevido a hacer la ruta larga, que el tiempo no era bueno, y se apunta a volver a la ciudad con nosotros.
Lo dejamos en un camping de Seward, al lado de su tienda de campaña, y nos agradece mil veces nuestra ayuda (tranquilas mamas, nadie nos ha raptado!). Aprovechamos que tenemos la caravana aparcada para visitar la ciudad. Una calle principal con los restaurantes y tiendas y el puerto a un lado. Entramos a comer algo light en Ranting Raven, una mezcla de tienda/pastelería/cafetería.




Nos dirigimos en la autocaravana al camping donde dormiremos. Lo tenemos apuntado en nuestro listado, y está a las afueras de la ciudad. Pinta muy bien. Cuando llegamos, nos equivocamos de entrada y eso nos permite ver todas las instalaciones. Caray, además de la zona de acampada dispone de cabañas y edificios de madera, tipo hotelito. Entramos en la recepción decididos a quedarnos. La respuesta de una intrigante señora a nuestra pregunta de si tienen lugar por esta noche es: «Are you military?» («Sois militares?» – os lo traducimos mamas, no os preocupeis-). Yo quería decir que ya hace unos años que hice la mili en Jaca, pero mi inglés no me ha permitido traducir la broma. Resulta que hemos ido a parar a una zona de acampada y de habitaciones sólo para militares. Osti tú! Cambio de planes.

Volvemos a Seward, y acampamos justo frente al mar, en toda una zona que la ciudad tiene dispuesta para campistas. No está nada mal. Movemos la caravana para que la ventana de la cama dé al agua. Es muy cierto lo que nos dijeron nuestros amigos Jordi y Silvia, que visitaron Alaska hace unos años. Las mejores vistas, si visitas este territorio, siempre las tienen los campistas!
(Buenas noches, mamas…).

Avui l’entrada va dirigida a les mares eh!!? Jajaja!!! K les trobeu a faltaaar!! Per cert, tenint a en Dan per practicar speaking, qualsevol se’n va al centre cívic eh!! 😉
Síiii, vam practicar una estoneta!! I això de les mares, era més que res perquè no es preocupessin per això de pujar un autostopista!!
Les millors aventures d’un viatge són sempre les que no es poden explicar a les mares, jejeje… Veig que contineu passant-vos-ho molt bé, parella! Au, a seguir fent enveja!
Era un post en honor a les nostres mares, que són les que més pateixen per nosaltres, je,je.
Tot el bon temps que vam tenir la primera setmana, ara ho tenim en forma de pluja, però el bon rotllo no para…
Una abraçada!