Por primera vez en nuestro blog, escribimos sobre una escapada que sólo ha hecho uno de los dos. Cosas del trabajo…
A Manel no le hace excesiva ilusión ir a esquiar y a mí me faltó tiempo para aceptar la propuesta de Anna para subir a Andorra dos días y hacer una buena esquiada! Aprovechando que teníamos fiesta entre semana, decidimos salir el domingo por la tarde y volver el martes. Dos noches en el hotel Prisma, con desayuno y forfait en Grandvalira por dos días, nos ha salido por 145 euros cada una. La verdad es que vale la pena y el hotel nos encantó. Está muy bien situado, el desayuno super completo y el personal es muy, muy amable.



Era la primera vez que esquiaba en Grandvalira y la verdad es que me ha sorprendido muy gratamente. Hasta 205km de pistas, hacen que disfrutes de la naturaleza y del esquí a tope! Pero nos encontramos un gran fallo: la gran cantidad de gente, a pesar de ser entre semana, la mayoría rusos que no paran de beber más y más alcohol, y llevan los bolsillos llenos de billetes verdes… Genial por el negocio de los locales pero incómodo para los que queremos tranquilidad, aprovechando los días laborables. Además, hay que sumar el peligro que supone tener gente por las pistas a toda pastilla, sin tener ni idea, con las venas llenas de algo más que sangre. Creemos que ha sido la vez que hemos visto más gente lessionada y atendida por personal sanitario…


Por suerte, el tiempo nos ha acompañado y nos ha hecho un sol espectacular! Tanto, que incluso la nieve le ha costado estar a la altura… Ha habido momentos de todo (nieve polvo, placas de hielo, papilla…) pero en general, estaba bastante mejor de lo que esperábamos!
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Oh, Cristina… quins paisatges! Estic d’acord amb els que aposten per Andorra per anar a esquiar. La veritat és que tenen sort amb les pistes, perquè n’hi ha moltes i amb paisatges espectacular. i la neu, allí, aguanta més que a l’altra banda del pirineu. El que va ser una pena és que us trobessiu tants russos entre setmana… ves quina cosa, oi? Això és la globalització? Doncs que se la quedin, oi? Sort que vau tenir molt de sol i que l’esmorzar i l’hotel estiguessin a l’alçada. i molt bon preu, no? Petonet!
Gràcies, Marina! La veritat és que sí, que ja es poden quedar amb la globalització!! Suposo que als botiguers no els faria tanta gràcia, perquè hauries de veure com gasten! Ja que els hem de «patir», que serveixi d’alguna cosa!!
Ui! Ja m’ha tornat a passar amb el comentari anterior… que sóc la marina, no els Quins fogons!!! Deu estar mal memoritzat per defecte…!