RUTA NUEVA ZELANDA DIA 33 – Sydney. Nos quedamos sin fuerzas, sin dinero y sin baterias…

Uy! Quizá suena un poco negativo el título de la entrada de hoy, pero no lo quisiéramos! Es cierto que cada vez estamos más cansados​​. Aunque dormamos un poco más, las pilas no se cargan como necesitamos y no paramos de caminar y visitar un montón de lugares.

¿Qué decir del dinero?! No reparamos en gastos, y eso se nota. Mejor que no volvamos a mirar el extracto de la tarjeta, porqué no volveríamos a viajar nunca más!

Y las baterías…, pues que cuando llega la noche, más de un día se nos acaban las baterías de las cámaras. Será que hacemos muchas fotos???

Hoy empezamos visitando Paddy’s Market.

Después cogemos un bus para visitar algo más, y llegamos hasta el Market Fish. En el puerto mismo, encontramos unas puestos donde venden pescado y marisco fresco de todo tipo (las ostras son las reinas del mercado!). Allí mismo hay restaurantes donde los cocinan de mil formas y puedes sentarte en una de las muchísimas mesas que tienen al lado del mar. Nosotros queremos algo más de tranquilidad y con la compra bajo el brazo caminamos hasta el Wentworth Park. Allí, sentados en un banco y rodeados de familias y grupos haciendo como nosotros o practicando deporte, comemos estupendamente!

Caminamos hacia el Darling Harbour, clavadito a nuestro Maremagnum de Barcelona. La zona es bonita, pero empieza a llover y pese a llevar paraguas, no nos apetece mojarnos demasiado. No entraba en nuestros planes, pero entramos en Sydney Wildlife World. Es una especie de pequeño zoo donde tienen una representación de los animales de Australia. Nos encantan los koalas y los canguros…

 

También nos impresiona uno de los cocodrilos más grandes del mundo y otros «animalillos» que rondan por las instalaciones. Hemos recordado cuando íbamos al cole y tocaba excursión al zoo de Barcelona, salvando las distancias…

Por la noche decidimos llegar hasta Mrs. Macquer Point, una zona situada en la punta de los Royal Botanic Gardens. Desde allí las vistas del skyline de la ciudad y su Ópera House son guapísimas.

 

 

Pero todo tiene un precio. Hemos llegado en taxi, y cuando volvemos, después de pasear y hacer fotos (ya de noche), no encontramos ningún transporte para volver. Tampoco hay buses a esas horas. Total, que volvemos al centro después de andar un buen rato y como ya es tarde para ir de restaurantes, decidimos comprar cuatro cositas en un super y hacernos la cena en el aparthotel. Bueno, tampoco está tan mal …