Con más de un millón de visitantes al año, la Torre de Televisión de Berlín, conocida como Berliner Fernsehturm se ha convertido en uno de los principales focos turísticos de la ciudad alemana. Con una altura total de 368 metros (incluida la enorme antena), es el edificio más alto de todo el país, y uno de los más altos de toda Europa. Su situación, en la conocidísima Alexanderplatz, todavía ayuda más a su popularidad. Las vistas en días claros son inmejorables. La mayoría de barrios céntricos y edificios más representativos pueden observarse con claridad desde su mirador.


Una enorme esfera, situada en la cúspide, incluye un mirador y un restaurante, las partes visitables de la torre. Los 360 grados son visibles desde ambas partes, ya sea caminando por el mirador a nuestro aire, o sentados en una mesa del restaurante, que es giratorio y cada media hora da una vuelta completa. Nosotros sólo visitamos el mirador, y dejamos el restaurante para una próxima visita a la ciudad. La entrada básica a la torre es de 13 euros (precios 2014), pero recomendamos visitar la web oficial para ver todos los precios y modalidades que ofrece la visita.





Los tickets se pueden reservar con antelación por internet, pero nosotros no hicimos mucha cola para comprarlos el mismo momento de la visita. Suponemos que depende de la época del año. Un par de ascensores nos llevan en menos de 40 segundos al mirador, situado a 203’78 metros de altura. El restaurante se encuentra situado unos metros más arriba.
En 1.965 se inició su construcción, impulsada por Walter Ulbricht, dirigente del Partido Socialista Unificado. El diseño y la construcción fueron un gran desafío para los arquitectos alemanes. Sólo 4 años más tarde, el 3 de octubre de 1.969 se inauguraba, y rápidamente su imagen fue utilizada por el gobierno de la antigua República Democrática Alemana como un símbolo de poder del Berlín Oriental. Era un orgullo que simbolizaba la superioridad del comunismo sobre el capitalismo.


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– «Los berlineses y las ventanas de las cafeterías»
És genial aquesta crònica. Aquesta torre no la coneixia. Ho tindré en compte per a una propera sortida a Berlín. Quines fotos més boniques que feu, carai…! Petons
Hola Marina,
La torre no és molt maca, la veritat, però les seves vistes sobre la ciutat de Berlín mereixen la pena. I si el dia acompanya, molt millor.
Gràcies pel teu comentari.